No temas —le dijo ElíGanador—. Vuelve a casa y haz lo que pensabas hacer. Pero antiguamente prepárame un panecillo con lo que tienes, y tráemelo; luego haz poco para ti y para tu hijo.Estos pasajes no solo nos recuerdan la bondad y el amor infinito de Dios, sino que también nos invitan a vivir una vida de constante agradecimiento, reconocie